Supongo que, a estas alturas, os habréis dado cuenta de que hace un año que no actualizo este blog. Después de un verano especialmente intenso en lo emocional, y frente a la realidad de que se me acumulaban los proyectos profesionales, decidí que tenía que priorizar. Y lo que, por mera lógica, se cayó por el camino, fue mi faceta de papá bloguero.

Mi idea no era, de hecho, dejarlo radicalmente. Si no convertirlo en algo más puntual, más ocasional. En algo que me pesara menos y no me consumiera tanto tiempo.

La realidad es que apenas he escrito sobre paternidad, y siempre en otros espacios (escribí un texto, creo, muy hermoso sobre la lactancia en El Tiempo de los Intentos), así que cada vez le he visto menos sentido a mantener este blog abierto.

Así que he tomado una decisión un tanto salomónica: trasladar todo el trabajo que hice aquí a la página personal que inauguro en breve, www.toniolalarcon.com, para que sirva como base a lo que allí quiero hacer: hablar tanto de cine como paternidad, y acabar lo que empecé, tímidamente, en la desaparecida #Siloshombreshablasen: unir ambos temas y reflexionar sobre ambos.

No dejo, pues, de escribir sobre paternidad, pero lo haré a mi ritmo, sin depender de nadie (ni vincularme a nada: me he hartado un poco de ese tema). Y lo podréis leer, como ya os he comentado, en www.toniolalarcon.com.

¡Gracias por todo!

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